Un plan pendiente: apoyo desde gerencia

Ha pasado un tiempo prudente para compartir una visión, de lo que fue la primera sesión de Participación Ciudadana del Plan Maestro de Ciclorutas para Curicó. Varios se quedaron en el episodio anterior, donde en el Concejo Municipal se prometían 60 km de ciclovías sin ningún plazo y 25 km de 4 a 5 años más. Polvo en el viento, dijimos. El contexto es hoy algo distinto al del día de la sesión. Digo esto porque se admitió -previo pago-  la posibilidad de quitar un arraigo nacional a quien dio muerte a un motociclista en Zapallar, lugar que excede a este plan. También, porque teníamos a una ciclista atropellada mientras iba a su casa, en riesgo vital, que luego falleció.

Es que el contexto también importa. Desde las comunidades de ciclistas solemos quedar de acres cuando intentamos aterrizar en estas sesiones aquel abstracto y aséptico mundo de variables, modelos, planos y renders, donde cuestiones como la muerte suelen estar más fuera de las discusiones que como punto clave en el sistema que se quiere enmendar. Seamos claros: es indolente y hasta ofensivo plantear una espera de 4 a 5 años por ciclovías. Ese mensaje fue el que nos dejaron en la más alta mesa política de la comuna. Eso es no entender que la muerte, según nuestras estadísticas, en diciembre tenía una probabilidad de 57,1% de aparecer y, era que no, apareció.

Con poca y nula fiscalización, con nuevos conductores inexpertos, con viejos conductores irresponsables y los centralistas haciéndole el juego a Santiago y Talca respectivamente,
la única opción factible para abordar la previa a esos 4 a 5 años se dará a nivel comunal. No me malentiendan, los planes siempre serán importantes, qué duda cabe. Participar de las decisiones que nos afectarán, por supuesto que también. Ese esfuerzo es importante como una visión, un acuerdo conjunto de lo que consideramos como necesario. Pero participar también fue importante por otro motivo.
¿Era tan alocada la propuesta que venimos planteando desde el primer día, hace años ya?
Para nada, de hecho había consenso importante en las mesas de trabajo, lo que refuerza aquella idea de que las visiones de futuro están más cercanas de lo que se cree entre ciclistas urbanos y el municipio (como no estuvo el alcalde ni el delegado, no sabremos si con sus posturas también).
Pero de ahí a esperar media década más –luego de la otra media década pasada pérdida– por avances, eso es otro tema. Los planes son importantes, seguro que si, por lo mismo deberíamos pensar antes en un Plan Maestro Comunal, elaborado por la comuna y en la comuna, aprovechando todos los espacios de consenso y acuerdos que sabemos que existen y que les hacen sentido. Pero para que eso pase, se requerirá un real “apoyo de gerencia”.

Al concejal Bustamante Pucci lo atropellaron en su bici aun con toda su indumentaria de seguridad y casco. La concejala Bravo Valenzuela, avezada ciclista, vivió la experiencia, siendo impactada por un colectivo fugado y apoyada por otro que no quiso informar acerca de la identidad de su colega. El alcalde -en visita para constatar necesidades de ciclistas- fue arrinconado por una micro en pleno centro de la capital del ciclismo de Chile. Sabemos que saben
y que les hace sentido, pero no es suficiente: necesitamos decisión para que esto pase a ser prioritario, tal como lo viene priorizando la comunidad en cada informe encargado a consultoras y también votado en consultas ciudadanas donde nos recalcaban: “es vinculante”. Sin ese real “apoyo de gerencia” esto seguirá siendo tierra de nadie, tiñendo de sangre las calles.